Dominio de Montelahorra

La historia de la bodega se caracteriza por la pasión y un profundo respeto por sus propios orígenes. Desde su fundación, Dominio de Montelahorra ha perseguido el objetivo de crear vinos que no sólo impresionen por su calidad, sino que sobre todo transmitan el alma de la región. El equipo trabaja con gran dedicación cada día para preservar y continuar la herencia tradicional. Cada paso en el viñedo y en la bodega es la expresión de un compromiso familiar que se transmite de generación en generación. La idea de contar la historia del paisaje y de sus gentes con cada botella está siempre en el centro, un patrimonio que se cuida con esmero para que las generaciones futuras puedan disfrutar de estos vinos únicos de forma auténtica.

La filosofía de Dominio de Montelahorra se centra en la arraigada aspiración de producir vinos de carácter único respetando la naturaleza y el origen. La variedad de uva Tinto Fino, una variante de la Tempranillo, constituye la base de los vinos tintos de carácter, que se caracterizan por su estructura, profundidad y potencial de envejecimiento. Las cepas proceden de viñedos viejos cuyos bajos rendimientos se caracterizan por aromas especialmente concentrados. Al trabajar en el viñedo, se hace especial hincapié en el cultivo natural y la preservación de la estructura del suelo para favorecer la expresividad del terruño.

En la bodega, el maestro bodeguero Jordi Alonso favorece una elaboración suave y un envejecimiento cuidadoso en barricas seleccionadas, lo que permite que los vinos evolucionen armoniosamente. Los métodos tradicionales se combinan con técnicas modernas para optimizar la calidad sin perder la autenticidad de los vinos. El resultado son vinos expresivos que expresan con elegancia el carácter de la Ribera del Duero y encarnan la filosofía de la bodega en todos los aspectos.