Pico Cuadro

Felipe Castrillo Martín fundó la Bodega Pico Cuadro en 2004 como una empresa familiar y, con sus excelentes vinos, logró en pocos años conquistar la Ribera del Duero y hacerse un nombre más allá de las fronteras nacionales. Una de las razones del éxito de la Bodega Pico Cuadro es la estricta selección de las 27 parcelas, que se extienden sobre una superficie de 22 hectáreas. Incluso las vides más jóvenes en las parcelas de la bodega tienen una edad mínima de 20 años. Las cepas más antiguas tienen más de 90 años y son anteriores a la filoxera. En la Bodega Pico Cuadro, se cosecha exclusivamente Tempranillo, que en parte se envejece en barricas.

En una época dominada por la producción de vinos impersonales y casi idénticos, la Bodega Pico Cuadro se posiciona como una empresa artesanal que se opone a esta tendencia de productos masivos y de elaboración "justo a tiempo". Este compromiso con un método de trabajo tradicional y laborioso, donde las uvas se cuidan y procesan con gran meticulosidad, es también un compromiso con la creatividad y el talento de una antigua artesanía. Manos experimentadas extraen la riqueza de los suelos y, tras una cuidadosa vinificación, la embotellan.

Viña el Chorro es la mejor parcela de la Bodega Pico Cuadro y, sin duda, un viñedo excepcional. Se encuentra entre dos pequeñas colinas al final de un estrecho valle y se extiende sobre una superficie de aproximadamente dos hectáreas. El suelo es arcilloso, con rocas y piedra caliza. Consiste en una sucesión de arcilla con una base calcárea subyacente y está atravesado por vetas de arena y grava. A una altitud de 880 metros sobre el nivel del mar, se cultiva aquí la variedad Tempranillo.