Sara Rivera es una joven enóloga de La Seca, cuna del Verdejo, que ha logrado transformar su pasión por el vino en un proyecto único. Tras formarse como sumiller en el Reino Unido y especializarse en la exportación de vinos españoles, Sara produce ahora ediciones limitadas de vinos que respetan y expresan fielmente el carácter del terroir. Cada botella refleja la personalidad de las variedades autóctonas, asegurando una conexión directa entre el viñedo y el consumidor. Además, a través de catas guiadas y visitas a la bodega, Sara comparte las historias detrás de cada vino, permitiendo a los clientes explorar las emociones y la diversidad aromática que encierran sus creaciones.
Nacida y criada en la tierra del Verdejo, Sara Rivera desarrolló desde muy joven un vínculo especial con el mundo del vino. A los 21 años, se trasladó al Reino Unido para formarse como sumiller, donde adquirió un profundo conocimiento sobre los vinos españoles y su comercialización en el extranjero. Hoy, Sara persigue su sueño de crear sus propios vinos, poniendo el foco en destacar la singularidad del terroir y las variedades nativas de la región. Con una producción limitada y un enfoque artesanal, Sara Rivera Wine supervisa meticulosamente todo el proceso, desde la vid hasta la botella, garantizando así la máxima calidad.
La filosofía de Sara Rivera Wine se basa en un respeto profundo por la naturaleza y el terroir. En los suelos pedregosos de La Seca prosperan las variedades Tempranillo y Verdejo, desarrollando una estructura y mineralidad únicas en esta región. Las vides reciben un cuidado minucioso, y la vendimia se realiza a mano para garantizar que solo las mejores uvas lleguen a la bodega. Este enfoque cuidadoso en el viñedo es la base de unos vinos que capturan la esencia auténtica de su origen.
En la bodega, Sara Rivera de la Cruz aplica una vinificación precisa y minimalista, utilizando técnicas modernas para preservar los aromas naturales y la personalidad singular de las uvas. La producción en lotes pequeños permite un control absoluto sobre cada etapa del proceso, asegurando vinos equilibrados y expresivos. Este enfoque da como resultado vinos que no solo destacan por su calidad, sino también por su capacidad de transmitir las características únicas del terroir de La Seca.