Atavus Priorat representa vinos exclusivos procedentes de la prestigiosa región del Priorat. Mediante métodos de cultivo tradicionales y un cuidadoso trabajo artesanal, crean vinos con carácter que reflejan de manera auténtica el terroir. La combinación de un clima único y suelos ricos en minerales, otorga a los vinos de Atavus Priorat su calidad distintiva.
En el siglo XII, los monjes de la cartuja de Scala Dei introdujeron el cultivo de la vid en el Priorat, estableciendo las bases de la tradición vitivinícola actual. Tras la desamortización de los monasterios en 1835, los viñedos se distribuyeron entre pequeños agricultores. A finales del siglo XIX, la plaga de la filoxera causó grandes estragos, y no fue hasta la década de 1950 que comenzó la replantación. En 1954 se creó oficialmente la Denominación de Origen (DO) Priorat. Durante la década de 1980, viticultores como Carles Pastrana, René Barbier y Álvaro Palacios jugaron un papel clave en la mejora de la calidad de los vinos. En el año 2000, el Priorat obtuvo el estatus de Denominación de Origen Calificada (DOQ), reconocimiento que fue confirmado a nivel nacional en 2009. Desde entonces, la superficie de viñedo ha crecido constantemente, posicionando al Priorat como una región de renombre internacional por sus vinos con carácter.
Atavus Priorat cultiva variedades como Syrah, Cariñena, Garnacha, Cabernet Sauvignon, Garnacha Blanca y Macabeo en viñedos asentados sobre los suelos característicos de Licorella, una forma de pizarra erosionada que aporta al Priorat su distintiva mineralidad. Estos suelos, combinados con las mejores parcelas de la región, permiten a Atavus Priorat elaborar vinos con un marcado carácter de terroir.
Bajo la dirección de los enólogos Paloma Romeral y Luca Hodgkinson, Atavus Priorat sigue una filosofía de mínima intervención. En el viñedo, se priorizan prácticas sostenibles que fomentan la vitalidad del suelo y la salud de las vides. Las uvas se cosechan manualmente para garantizar la máxima calidad. En la bodega, se emplean técnicas tradicionales que preservan las propiedades naturales de las uvas. Los vinos se elaboran con un uso mínimo de aditivos, para reflejar la pureza y autenticidad del terroir. Este enfoque da lugar a vinos que capturan la esencia del Priorat en cada botella.