Bodegas Cialu combina tradiciones centenarias con tecnología de bodega de vanguardia. Situada en el corazón de La Rioja, esta bodega es conocida por su profunda conexión con la historia y la cultura vitivinícola. Con un enfoque en la innovación, Bodegas Cialu cultiva 40 hectáreas de viñedos propios, que son el corazón de su producción de vino. La familia, que dirige Bodegas Cialu ya en la tercera generación, pone gran énfasis en la calidad y autenticidad de sus vinos, lo que convierte a esta bodega en un destacado representante de la región vinícola de La Rioja.
La historia de Bodegas Cialu está profundamente arraigada en la cultura y tradición de La Rioja. La bodega se encuentra entre las rutas monásticas de San Millán y Valvanera, reflejando el espíritu de la región en sus vinos. Desde su fundación, Bodegas Cialu se ha centrado en el cultivo de variedades autóctonas como Tempranillo, Garnacha y Mazuelo, utilizando viñas que tienen entre 15 y 60 años de edad. La familia valora enormemente la vendimia manual y el control meticuloso de los procesos de vinificación, incluida la maduración en barricas seleccionadas especialmente, lo que otorga a los vinos de Bodegas Cialu su carácter distintivo.
La filosofía de Bodegas Cialu es una fina mezcla de artesanía tradicional y técnicas modernas. Su enfoque especial está en la variedad autóctona Tempranillo, que se cultiva en viñedos elevados a más de 700 metros sobre el nivel del mar. Esta altitud y la cuidadosa selección natural conducen a uvas de calidad excepcional. El proceso de vinificación se complementa con una vinificación controlada por temperatura, donde los vinos maduran en una combinación de barricas de Fondo Allier, duelas de roble americano y maderas de roble francés. Este enfoque resulta en vinos conocidos por su volumen e intensidad de sabor. Los aromas frutales y los taninos persistentes completan una experiencia de sabor excepcional. Las notas dominantes son de bayas rojas y negras, complementadas con madera, especias dulces y toques minerales. Las notas balsámicas también contribuyen a la frescura de los vinos.