Bodegas Urbina es sinónimo de vinos clásicos de Rioja, elaborados por una bodega familiar con más de 150 años de historia. Desde 1870, la familia cultiva sus propios viñedos —63 hectáreas— con esmero, produciendo vinos de gran profundidad, reconocidos por la crítica internacional por su calidad y longevidad.
La historia del proyecto comenzó con Salvador Urbina en la actual Calle de la Bodega. Tras la crisis de la filoxera, la familia apostó por innovaciones pioneras como las cepas americanas, con el apoyo del Instituto Enológico de Haro. En 1974, Pedro y Jesús Ángel Urbina fundaron la bodega moderna, y en 1986 construyeron el edificio principal, destacando por incorporar sistemas de refrigeración subterráneos y tecnología en acero inoxidable, todo impulsado por energía solar y con eficiencia energética.
Fieles al estilo tradicional de Rioja, los vinos de Urbina envejecen durante largos periodos y desarrollan una elegancia refinada en botella. Las uvas provienen exclusivamente de sus propios pagos —Valle del Ángel, Mojón Alto, Ánimas y Rasilla— ubicados en suelos de caliza, arcilla ferruginosa y gravas aluviales, ideales para Tempranillo y Viura.
La elaboración está a cargo de un equipo experto liderado por Ángel Urbina, Pedro y Santiago Benito, y Catalina Sáez. Cada vino refleja un compromiso con la calidad, la precisión técnica y el respeto por la identidad varietal, alcanzando frecuentemente puntuaciones superiores a los 90 puntos en guías internacionales.