Bodegas Cardeña es una bodega familiar que ya va por la cuarta generación. Se enfocan en una elaboración tradicional del vino, donde cada uva es cuidadosamente seleccionada. Con pasión y dedicación, producen vinos de alta calidad que destacan por su pureza y excelencia.
La historia de Bodegas Cardeña se remonta a 1925, cuando los bisabuelos del actual propietario fundaron la bodega. Al principio, los vinos se transportaban laboriosamente con mulas a las ciudades cercanas. El arduo viaje a Aravaca a menudo duraba más de 9 horas. Con el tiempo, el abuelo invirtió en un tractor y luego en un camión, lo que redujo considerablemente el tiempo de transporte. Hoy en día, el legado de los antepasados se continúa con métodos modernos, manteniendo el orgullo por la tradición y el vínculo con las comunidades vecinas. La familia todavía realiza el trayecto a Aravaca, comprometida a producir vinos de primera calidad y a preservar el legado de sus fundadores. Como parte de este compromiso, la bodega también se dedica a la sostenibilidad y la calidad.
Bodegas Cardeña se distingue por una filosofía basada en el trabajo manual cuidadoso en el viñedo y una elaboración delicada en la bodega. Todas las parcelas se seleccionan en el momento óptimo de madurez y las uvas se recogen a mano, sin utilizar tratamientos químicos. La cosecha se realiza siempre antes del mediodía para evitar la oxidación. La fermentación se lleva a cabo en tanques combinados de acero y hormigón, para controlar la temperatura y mejorar la estructura. Mediante varios trasiegos suaves se evitan pérdidas de aromas y sabores, mientras que la filtración se realiza de manera mínima para preservar la estructura del vino y mantener su sabor afrutado. Las variedades de uva Tempranillo, Garnacha, Malvar y Albillo prosperan en suelos graníticos alcalinos.