Bodegas Landaluce se fundó oficialmente en 2000 y manifiesta así una larga tradición familiar en la viticultura. Las uvas solían vendimiarse aquí y pasarse a las bodegas hasta el nuevo siglo, cuando la empresa invirtió en la producción de sus propios vinos de cosecha. En 25 hectáreas sólo se cultivan variedades autóctonas como Tempranillo, Graciano, Viura, Garnacha blanca y Malvasía. Destacan los viñedos viejos de Bodegas Landaluce en los pagos de San Gregorio, Carravalseca, La Gloria y Piñuelas, algunos de ellos con cepas de más de 80 años. El suelo arcilloso calcáreo constituye la base ideal para la producción de vinos de alta calidad. Al no comprar uvas ni vino y utilizar únicamente la cosecha actual, sin añadir vinos de otros años, se preserva la singularidad de cada añada.

En las Bodegas Landaluce, los conocimientos tradicionales se combinan con técnicas modernas, centrándose en preservar las características únicas de cada variedad de uva. Los vinos se crían en su mayoría en barricas de roble francés y su clarificación es ahora vegana, con proteínas vegetales. Elle de Landaluce y Capricho de Landaluce, dos de los vinos destacados de la bodega, prescinden de denominaciones convencionales como Crianza y Reserva para presentar cada nivel de calidad de forma individual. Esto permite a Bodegas Landaluce crear vinos de inconfundible calidad y singularidad que son puro reflejo de su terruño. Con uvas recogidas a mano y un fuerte compromiso medioambiental y social, los vinos de Bodegas Landaluce reflejan un amor por la Rioja Alavesa que se palpa en cada sorbo.