De Moya

La bodega de Moya fue fundada por el matrimonio belga Yves y Sofie Laurijssens en la región española de Valencia. Eran conocidos en Bélgica por su experiencia en «turnarounds». En de Moya les gusta tomar caminos poco convencionales y encontrar soluciones sencillas, ya sea en la elaboración de los vinos o en el envasado. A partir de uvas de variedades casi extinguidas se elaboran vinos únicos con tecnología punta. La pasión por la buena comida y la familia, combinada con el amor al trabajo, es lo que mueve a esta familia de viticultores.

Los viejos viñedos de Moya, con sus cepas viejas, albergan uvas con esencia de la región mediterránea de Levante para la elaboración de ricos vinos. Algunas uvas se vendimian sólo por la mañana y luego se enfrían durante 24 horas. La fermentación y la maceración tienen lugar en grandes depósitos de acero u hormigón o en barricas de madera de 1.000 litros, con el sombrero de orujo cuidadosamente sumergido a mano. Los vinos se maduran en la bodega de Moya en barricas de roble francés cuidadosamente seleccionadas.

El mejor emplazamiento de Moya es el Barranco Hondo. Aquí se plantan las antiguas variedades de uva Bobal, Monastrell y Merseguera, creciendo la Bobal en suelos franco-arenosos y las variedades Monastrell y Merseguera en suelos arenoso-calcáreos. El vino tinto Sofía Bobal presenta un color de capa media-alta y tonalidad violácea. En nariz se aprecian ligeros toques de roble, ciruela dulce, frutos rojos y especias de pan de especias. En boca es de cuerpo medio, con sabores de fruta dulce y un tanino joven pero maduro, también hay un picante especiado con un final redondo. El vino blanco Diego de Moya es de color amarillo verdoso, con aromas de flores, lima, fruta de pepita y algo de mineralidad, sólido como una roca en el paladar y un final rico y afrutado.