La Bodega Forlong representa una historia de amor por la tierra y el medio ambiente. Ubicada en 13 hectáreas de viñedos en el Puerto de Santa María, esta bodega se dedica al cultivo ecológico de variedades autóctonas, destacando la singularidad de los suelos de albariza característicos de la zona. Sus vinos reflejan la pura salinidad y el carácter de su origen, atributos que hacen a los vinos de Forlong excepcionales.
Fundada en 2007, la Bodega Forlong nació del sueño de recuperar el antiguo esplendor de los viñedos, olivares y frutales. Un detalle curioso es que el nombre de la bodega proviene del anterior propietario británico, Peter Furlong, rindiendo homenaje a su legado y tradición. Hoy en día, Forlong es reconocida por sus vinos orgánicos y artesanales que capturan la esencia de su terroir. Gracias a la revitalización de las tradiciones agrícolas y a prácticas de vinicultura respetuosas con el ambiente, Forlong ha logrado destacar en el mundo vinícola.
La filosofía de Forlong en la viticultura y enología refleja una profunda conexión con la tierra y una pasión por el cultivo ecológico. En sus 13 hectáreas, repartidas entre Pago de Balbaína Baja y Pago de Grañina, cultivan variedades autóctonas como Palomino Fino, Moscatel y Tintilla de Rota, complementadas con Merlot. La proximidad al mar y el singular suelo de albariza —un suelo calcáreo conocido por su alto contenido salino y características de tiza— impregnan a los vinos de una salinidad incomparable y autenticidad de terroir. Estas condiciones naturales, combinadas con un meticuloso trabajo manual en viñedo y bodega, permiten a Forlong producir vinos de calidad superior y única. La prioridad es el respeto por la naturaleza y el uso de técnicas que maximizan la calidad de las uvas sin comprometer el entorno. Estos principios resultan en vinos que no solo reflejan la esencia de su origen, sino también el compromiso de Forlong con la sostenibilidad y la excelencia.