Altos de Antillón representa vinos artesanales y únicos, que destacan por su filosofía especial de terroir y sus cantidades de producción limitadas. Cada año se crean nuevas y exclusivas añadas que reflejan las características de las variedades de uva y las zonas de cultivo utilizadas. Altos de Antillón se dedica a la vinificación con pasión y creatividad, ofreciendo experiencias de sabor incomparables.
Altos de Antillón fue fundado por Santiago Jordi, un renombrado enólogo y viticultor nacido en 1977 en Jerez de la Frontera. Tras estudiar Ciencias Agrícolas y Enología, comenzó en 1997 a cultivar variedades de vino tinto en la finca familiar. La bodega de Jordi se desarrolló gracias a su filosofía innovadora, basada en la singularidad e individualidad de cada vino. Produce vinos limitados y exclusivos que varían cada año y siempre reflejan las propiedades del terroir y las variedades de uva utilizadas. En 2008 se unió a la asociación regional de viticultores y un año después ganó el concurso "Catas a Ciegas" de enólogos andaluces. Desde 2010, Jordi es presidente de la Federación Española de Enólogos, subrayando su papel de liderazgo en la industria.
La filosofía de Altos de Antillón en el viñedo y la bodega se caracteriza por una profunda comprensión del terroir y las variedades de uva. La bodega cultiva, entre otras, las variedades Garnacha Blanca y Parraleta, que prosperan en una estructura de suelo diversa que va desde arenisca y arcilla hasta caliza y pizarra. Las mejores parcelas de la bodega son Antillón, Blecua y Bespén, que ofrecen condiciones ideales para el cultivo de la vid.
En el viñedo, Altos de Antillón pone gran énfasis en métodos sostenibles y tradicionales. Cada parcela se trata de manera individual para fomentar las mejores características de cada variedad de uva. Este enfoque continúa en la bodega, donde se combinan técnicas modernas con artesanía tradicional para destacar la singularidad de cada vino.
Entre los vinos especiales de la bodega se encuentran "La Cotorra" de Verdejo y "Atuna" de Chardonnay. Estos vinos se caracterizan por su exclusividad y singularidad, ya que varían cada año y reflejan las características específicas de la añada y del lugar de cultivo.