Annapurna – High Altitude Wine es un proyecto vitivinícola que nace con la clara vocación de unir respeto por la tierra, cultivo ecológico y elaboración de vinos con identidad propia. La búsqueda de la sostenibilidad y el cuidado del entorno son la base de un trabajo que entiende la viña como parte de un ecosistema en equilibrio.
La historia de la familia se remonta a los años treinta, cuando el abuelo ya contaba con una pequeña bodega en Almansa. Décadas más tarde, en los setenta, el padre plantó los primeros viñedos que con el tiempo se convirtieron en la columna vertebral de la finca. Desde entonces, varias generaciones han continuado con el legado familiar, hasta que finalmente nace el actual proyecto Annapurna, que combina tradición y experiencia con una visión renovada y comprometida con el futuro.
La filosofía de la bodega parte de una idea sencilla: el vino debe expresar la tierra de la que procede. Por eso, en Alpera, a más de 1.000 metros de altitud, los viñedos crecen en suelos pobres, de textura arenosa y con alto contenido en cal, que ofrecen rendimientos bajos pero de gran calidad. La finca, además, se complementa con olivos, almendros y cultivos de cereal, lo que favorece la biodiversidad y aporta riqueza al entorno. La variedad Garnacha Tintorera, autóctona de la zona, es la base sobre la que se construye el carácter de los vinos, aportando intensidad, color y una personalidad marcada.
En la bodega, el enólogo Pepe Rodríguez de Vera aplica una enología respetuosa, con mínima intervención y un objetivo claro: elaborar vinos que reflejen fielmente el viñedo. Su forma de trabajar combina rigor técnico y sensibilidad hacia el paisaje, logrando que cada botella sea un fiel reflejo de la tierra y de los valores que inspiran este proyecto. Annapurna busca así tender un puente entre la tradición familiar, la viticultura ecológica y una interpretación contemporánea del vino.
