Bodegas Canopy es conocida por sus viñas de Garnacha, que tienen entre 57 y 95 años y crecen en la Sierra de Gredos. Los viñedos están rodeados de majestuosas montañas y el vino se envejece en barricas de gran volumen. Gracias a las tradiciones especiales de cultivo combinadas con la tecnología moderna, el vino adquiere un aroma único.
En noviembre de 2003 comenzó la aventura de Bodegas Canopy, cuando los apasionados enólogos Belarmino Fernández y Alfonso Chacón buscaban viñedos antiguos de Garnacha y modernos de Syrah para realizar su visión de una viticultura orgánica y respetuosa. Su objetivo era producir vinos que cumplieran con sus altos estándares. Finalmente, encontraron en Méntrida un viejo viñedo que se ajustaba perfectamente a sus necesidades.
Gracias a su talento único, han logrado volver a hacer del histórico terruño de la D.O.P. Méntrida una cuna de vinos incomparables. La joven bodega se enfoca en preservar el histórico terruño de la D.O.P. Méntrida y practica una agricultura que respeta la naturaleza y minimiza la intervención, produciendo vinos que reflejan las características únicas de la región. Los fundadores y enólogos eligieron el nombre "Canopy", que se refiere a la cubierta protectora utilizada en el viñedo. Esta protege las uvas de las condiciones climáticas extremas y permite un crecimiento óptimo de las vides.
La D.O.P. Méntrida está influenciada por el Real de San Vicente, que se encuentra entre los ríos Tajo y Tiétar a una altitud de 750-900 metros y está afectada por el microclima de la Sierra de Gredos. Aquí, las temperaturas bajan por la noche, lo que beneficia los aromas de los antiguos viñedos de Garnacha y, junto con las modernas plantaciones de Syrah en Camarena, crea viñedos auténticos que están perfectamente adaptados a la dura y exigente región. Las parcelas en esta zona son de primera calidad, ya que se encuentran en la Sierra de Gredos. Los suelos son ricos en sílice y granito. Las variedades de uva que prosperan aquí son la noble Garnacha y la robusta Syrah.