El Lagar de Isilla es una bodega de renombre, ubicada en el inicio de la Ribera del Duero en Burgos. Sus viñedos se extienden a una altitud de 800 metros, en el límite con la provincia de Soria, lo que confiere a sus vinos unas características de terroir únicas. La bodega es sinónimo de vinos de alta calidad, resultado de un cuidado meticuloso y una viticultura tradicional.
La historia de El Lagar de Isilla comenzó en 1995 en la histórica Ribera del Duero. En el corazón de Aranda de Duero, en una bodega del siglo XV, la familia Zapatero Pinto inició la producción de sus vinos. Originalmente, se produjeron las primeras 50.000 botellas en los profundos sótanos bajo el restaurante El Lagar de Isilla. Hoy en día, la producción ha crecido hasta una impresionante cifra anual de 250.000 botellas. La acogida del mercado llevó a la expansión hacia una finca de estilo colonial de 1890 en La Vid, que incluye una bodega moderna, un hotel y una tienda gourmet.
El Lagar de Isilla adopta una filosofía de vinificación sostenible, reflejada en el manejo cuidadoso de sus viñedos y técnicas modernas de bodega. La propiedad cuenta con 40 hectáreas de viñedos en la Ribera del Duero, incluyendo 30 hectáreas de viñas jóvenes y 10 hectáreas de viñedos viejos que tienen entre 60 y 90 años. La variedad predominante es la Tinta del País (Tempranillo), complementada con Cabernet Sauvignon, Merlot y Albillo. Los suelos, una mezcla de grava, arcilla y arena, junto con extremas variaciones de temperatura, contribuyen a la intensidad característica de los vinos. En la bodega se emplean técnicas avanzadas para preservar los aromas naturales y la integridad del terroir. El Lagar de Isilla es reconocido por su meticulosa selección de uvas y el uso mínimo de aditivos, asegurando la autenticidad y calidad de sus vinos.