Bodegas Enrique Mendoza es conocida por sus vinos de primera clase, provenientes de un terroir único en España. La bodega se compromete con la sostenibilidad ecológica y cuida sus viñedos sin el uso de productos sintéticos.
Fundada en 1989 como una empresa familiar, Bodegas Enrique Mendoza tiene sus raíces en finales de la década de 1970. En aquel entonces, el fundador Enrique Mendoza comenzó a coleccionar vino como aficionado e invertir en bodegas. Esta pasión llevó a la plantación de las primeras 2.000 vides, que formaron la base de la renombrada bodega. Hoy en día, la bodega cuenta con 1.400 barricas de los mejores bosques franceses y americanos. La segunda bodega se encuentra en Villena, en la Finca Chaconero, equipada con la tecnología más avanzada para el procesamiento de uvas de 80 hectáreas de cultivo.
La filosofía de Bodegas Enrique Mendoza encarna una profunda conexión con el terroir y una pasión por la calidad, que se refleja en cada paso del proceso de elaboración del vino. En los viñedos del Alto Vinalopó, situados a 500 metros sobre el nivel del mar, prosperan las variedades de uva Monastrell, Moscatel de Alejandría, Cabernet Sauvignon, Petit Verdot, Shiraz, Pinot Noir, Chardonnay y Merlot. Esta diversidad permite crear vinos con una identidad única, que reflejan perfectamente el clima mediterráneo con influencia continental y el mosaico de suelos arenosos, arcillosos y pedregosos.
La vinificación en Bodegas Enrique Mendoza se caracteriza por una cuidadosa selección de uvas y técnicas modernas en armonía con métodos tradicionales. La bodega se moderniza continuamente para mejorar la calidad de los vinos, sin descuidar sus raíces y tradiciones. Se presta especial atención a las prácticas sostenibles, como la eliminación de herbicidas e insecticidas, el uso de compost y técnicas avanzadas de gestión del agua, para proteger el medio ambiente y fomentar la biodiversidad natural.